¿Bailamos madre?

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Por Rasé. (Este poema se escribió encima de una canción de la banda “Él mató a un policía motorizado.”)

 Te pido, entonces, como puedo, que no tengas miedo, que no midamos las consecuencias (por lo demás ciertamente incalculables), de subir como cohetes a olisquear la trascendencia, que gritemos “TODO MENOS MIEDO”, con la cara dura de los inquebrantables.

Antonio Calera Grobet.

Te invoco Negra,

que se mordió las uñas

con los ojos llenos de sangre

& enterró las piernas en el lodo

& sus piernas se hicieron raíces

arterias de madera neuronal

Te invoco,

con todas tus diapositivas al mismo tiempo

con tus dientes de sable & de leche

& tus túneles secretos

que más bien son atajos:

laberintos

interminables

de minotauro norteado.

Te invoco, deseo

& repito tres veces te quiero

Para conjurarte del tobillo al arete

& hacer un loop de tu cara

con exponente infinito.

Te invoco, tótem.

Manifiéstate ahora mismo.

Para bullear a las monjas.

Para consolar el pesimismo de Beckett

Para besar mis dedos anoréxicos

& alargarlos como el chicle que mascamos entre besos

& atarlos como 5 nudos marineros

& portarlos como amuleto / a lado de la brújula

de tu llavero de preferencia.

Te invoco, telar de araña

Pashmina solar,

cuervo que

devora los caminos de migas.

Te invoco

Te invoco

Te invoco

& froto la lámpara diamantina

confeti /

cerbatana /

serpiente /

manzana /

Sofía, te invoco

& te arranco con las muelas el taparrabos & colocó una nube en su lugar

& mis huesos tiemblan como un perro chihuahua internado en la coladera de una ciudad deshabitada.

Te invoco, miedo

& repito el conjuro como una larga letanía

Como quien chupa una paleta de caramelo

& con la lengua la transforma en una espada.

Filoso Ahrimán,

te invoco

debajo de una escalera

acariciando un gato negro,

gritando natas natas natas frente a un espejo

(quebrado)

& mis manos conservan el fuego

& mis células agitan maracas

& mi espalda suda hormigas

(contigo sudo hormigas)

& bailo & grito a solas en esta cueva obscura,

& los ecos me agarran de cacha-zapes

& yo peleo con los audífonos a todo decibel

¡Mi amor por vos se ve tan grande!

¡Tan grande como dos galaxias!

**

Por un momento a solas

mis ojos laterales de caballo

se tornan en un enorme cíclope

en un hermoso volcán

& susurró como quien llora debajo de las sábanas

“¿Acaso eres tú?”

& te lamo

& te ruego

& te invoco (una vez más)

A pesar de saber que no hay templo construido

Ni siquiera ofrenda apropiada

para aterrizar al espíritu / en el helipuerto correcto

Sin puta idea de cómo decir

¡¿Cómo decir?!

sin ton ni son

Ni pu ni pa

& con los dientes castañeando doy a entender

“No apagues la luz,

ya es de noche,

deja que me vuelva a dormir.”

& la habitación me parece la celda

de un hospital psiquiátrico

en la que pido mis pastillas,

como quien pide cortésmente un vaso de agua

nada más por el garabato esquizofrénico

en la última hoja de mi cuaderno

que parece autorretrato de Charles Manson

& se asimila como:

“No le imprimas tanta fuerza a 1 volado,

porque las monedas en días soleados,

se llegan a derretir.”

***

Para este punto,

yo ya no sé nada,

pero te invoco Negra, (por última vez)

Encima de esta tabla de oujia

que me está partiendo el alma

que me estira la cordura

& te pido aparezcas,

con todo lo que a mí me falta

esas brújulas & esas galaxias

porque esta pista de baile

es pura duela fría, pura duela fría

sin tus dancin´ shoes

sin tus ojos arrugados

sin mis ganas de runrunearte al oído/ al ombligo,

tal & como dijo Sergio Loo

“te quiero

carne

para mi solito.”