Coordenada.

coordenada

Audio.

A la Negra,

imán de mis vértigos,

fracción de mis atardeceres,

el baile & el salón..

Rasé.

Desde aquí los barcos se hacen cada vez más chicos. Ya no somos los animalitos que causaban ternura a los paseantes, ahora nos hemos convertido en león timorato, tiburón ballena.  Nos hemos  hecho tronco y luego madera de mesa del, escritorio en el que rayo mis poemas y tus investigaciones de cartógrafos suecos. Hemos crecido duros como las flores de los patios de san ángel, y ahora las abejas se postran en nuestros pechos y sembramos en la tierra los secretos para verlos crecer mañana como bosques impecables. Somos la tabla suculenta devorada por termitas, tiempo,  y promesa dubitativa de enamorados radioactivos, queremos viajar dentro del segundo, a miel por hora, como si cada caricia, cada roce, cada casi,  fuese el mar abierto arrullando a la ballenas roncas. Desde aquí los barcos se hacen cada vez más chicos. Desde este puerto eres la artesanía más preciada de mi vitrina, el canto al cual no le llego a los tonos, el acorde disonante que le da sentido a esta canción de difícil comprensión. Sin ti los molletes me saben desabridos, y las carreteras sólo sirven como vías comunicantes de un estado a otro, no como confesionarios de profunda intimidad. Sin ti, los focos de la casa no son estrellas artificiales, ni decoraciones hilarantes, son puro cableado de una navidad anacrónica que no me tocó festejar contigo corazón, que eres la perla más valiosa en la joyería de mi abuela, la página que le quiero arrancar a mi libro preferido, la primera vez que me metiste la lengua  y sentí algo tuyo cómo mío, sólo cómo mío y es que desde aquí los barcos cada vez se hacen más chicos porque hemos dejado atrás las islas en las que hicimos el amor con la ventana abierta y  guardamos las fotografías en la galería de tu memoria como secuencias cinemáticas de Chris Marker.  Ya pactamos con el pasado, ya nos cocimos las papilas, nos derretimos las pupilas, nos olimos las axilas, no conocimos de a de veras y tatuamos calaveras, ya aprendimos a perdonar a los muertos con toda la rabia y el limón que suponen cicatrizar los errores que nos rascaban las orejas. Ya nos somos lo que fuimos y nunca lo seremos, ya somos un producto enlatado con fecha de caducidad y eso nos aterra, porque nacimos tropicales y ahora nos quieren volver licuado nutritivo, pero nosotros siempre fuimos fármaco, corazón, por ti fui gusano, mariposa y ahora melancolía, por ti he dejado de ser lluvia de estrellas para convertirme en la  belleza cotidiana de una vida común, por ti la normalidad de los mortales ahora me parece un juguete nuevo. Estoy reclinado en la punta esta nave espacial mirando al mundo hacerse un lunar como el que te beso antes de llegar a tu pecho. Corazón por ti la cerveza de este festival no me sabe a meados y el dolor de mi espalda se debe al par de articulaciones aladas que me hacen parecer que soy más ángel, que hombre, más ave que perro.

Eres el absurdo de un día normal, la hora que olvidé y la que recuerdo con más ganas, eres mi par de zapatos favoritos, eres los lentes que no tengo y el piropo que necesito para subir mi autoestima, eres ron con coca cola, cigarrito payaso y el mensaje de whastapp que descarga la misma dopamina que libero cuando somos uno mismo, en la cama corazón. Eres la coherencia de los hechos, eres el enigma infalible de nuestra existencia y la pregunta y la respuesta, el ángulo obtuso de ésta esquina que elegimos para besarnos esta noche. Eres tu scroleo ansioso en instagram y yo la verborrea que tú te atreves a llamar poesía. Eres los ojos arrugados de tu lienzo que llamas rostro, tu boquita de dientes perfectos que opaca mi mordida abierta, eres tu nariz consentida, tú cabello de comercial de shampoo y tu cuerpo que es el templo perfecto que ningún turista chino jamás podrá retratar. Eres el color con que llegamos a entenderlo todo, el día D, el hongo nuclear,  eres el nerviosismo y el vacío en el centro del estómago por pensar a futuro. Eres lo noticia más relevante de mi sueño ésta noche y las que siguen. Ven a contarme otro cuento de cómo nos conocimos ayer y nunca nos volvimos a separar  más que en pesadillas, ven a contarme cuanto me quieres, cuanto me necesitas, cuanto te gusta enseñarme las cosas que yo no logro entender, ven a decirme que soy un imbécil y que no sé nada de la vida otra vez, ven a enseñarme como si tuviera una deficiencia mental,  lo que poco que conozco del amor.

Quiero volverte mi adicción, el miedo que me haga agarrarme del barandal, el sismo que me haga gritar en el último piso de este edificio que construimos con palabras,  quiero dormir cuchareándote todos los días que restan de mi vida y manejar la noche por Viaducto y perderme mil años, quiero escuchar a Beck e importunar a los vecinos y que comas pizzas mientras duermo y que me sueñes como riendo, como si las nubes se estuvieran abriendo y es que  corazón, tu elevas mi futuro con horizontes sin esquinas, suspendes los minutos como esferas navideñas y ahora soy un niño feliz dentro del cuerpo de hombre que has esculpido a la medida de tus besos,  ahora quiero chuparte toda la pulpa pedazo de cielo y hacerte llover, hacerte tronar, hacer té de manzanilla con tu saliva y no más tenerte bailando toda la noche con la epilepsia de los que se aman, con el pulso acelerado, los globos multicolor en la cabeza y con el estómago lleno de azul.

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