
Contigo, pan y cebolla, Negra.
Contigo.
En tus manos, en las líneas que guían tu tacto.
En tu cuerpo, Negra.
Dentro y fuera de él, también. Pero siempre cerca, sobretodo cerca.
En tus muslos de clima templado.
En tu carne, en el músculo, en el hueso y en el cofre al final del arco(iris) del tuétano.
Contigo, Negra,
con un cariño, habitado por el lenguaje,
pero reafirmado por tus labios.
Con la metafísica onanista de los nihilistas opacada por tu sonrisa.
Con tu risa.
Con la ternura de tus caricias y la malicia de meterme el dedo
entre los espacios abiertos de mis dientes.
Contigo en las sopas frías, en las de letras. Cayendo de frente: ¡sopas!
Contigo pan y cebolla, Negra.
Contigo,
Yo digo:
Bésame como si la saliva pudiera escurrirse hasta hidratar la médula.
Sácame una flor de la espalda.
Yo soy lo que soy: hoy.
Lo que creo que soy al menos, por ti.
En tus ojos, dirían lo poetas:
«universos, que versan como espejos mi existencia»,
justificas todas mis sombras.
Si no te conozco, no he vivido ¿recuerdas?
Contigo, como dirían lo sacerdotes pederastas (porque no te caen bien):
«en las buenas y en la malas».
Y también en las medianas. Aunque no nos pasé nada en días,
en meses,
en años.
Contigo en el silencio y en el ruido.
Con la oreja en la bocina. Durmiendo, roncando (perdón, perdón, perdón)
Apestando a cerveza y a cigarro, regresando de un Vive Latino.
Contigo, porque no hay de otra.
Porque así tocaba desde el principio.
Anaké preciso. Hado pagano.
A todo el mundo le puedes contar
que sí te quiero.
«Contigo en la distancia, amada mía yo estoy»
En mis pulseras, en los nombres de las cosas
que nadie ha bautizado aún
y que nosotros podríamos categorizar en taxonomías de corte indíe.
Habla por mí, que mi voz se corta cuando te pienso.
Empújarme, amor,
que mis piernas tiemblan en las alturas;
El cielo es testigo de la fragilidad de mis cantos
y único «azul» capaz de compensar
el coraje de tu instintos más santos.
Contigo,pan y cebolla, Negra.
Después de las 12:00 AM
sin alarma, en tu sillón café de felpa,
que están apunto de quitarnos,
con la luces encendidas.
el cansancio reposando,
hasta que salga el sol.
o como diría Lionel Richie
(con esa moda de los ochentas que ya regresó,
como tú y yo lo haríamos siempre)
«All Night Long».