Poesía: Te seguí hasta la playa, pero al llegar a la arena, tus pies no dejaron huella.

Te seguí hasta la playa, pero al llegar a la arena, tus pies no dejaron huella.

Rasé.

Arte: Gerhard Richter

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No estés mucho tiempo lejos de mí

si no quieres que el recuerdo lo invada todo.

J.R. WILCOCK

Apenas nos borramos del ayer &  se nos tacha el hoy con nuevas ideas

Parece que somos,

de vez en vez

1 palimpsesto rayado

a crayola feroz en el muro que colocamos en la habitación de nuestros hijos

que lloran / piden

con sus voces inocentes

el indicio precario de 1 infinito al borde abismal del último adiós.

& que les podemos decir,

Si a pesar de que las primaveras regresarán,

al final de todo

nos haremos las mismas preguntas de cuyas respuestas ya conocemos.

Nos engañaremos.

Restringidos de toda verdad,

Verdad manchada por argumentos.

& Caminaremos

Engañados,

Hasta perdernos en la esquina más próxima, en busca de aquel vaquero Malboro & su mítico caballo que nos de raid al infierno más cercano.

 

Será quizá porque

aquí,

Sola; Terriblemente Sola

La Mente estática, blanca & pura

Se presenta.

Se atenta.

Se ausenta sola

Aquí, la mente de la razón,

se diluye en los ríos de la realidad,

de la vena punzante del universo que mimetiza

el acelerado pulso , de nuestro brazo encinturonado

al borde de la taquicardia más insoportable que jamás se haya descrito

a la espera del piquete que nos coloque los pies en la tierra

o en todo caso

aquel piquete de avispa que nos de  boleto el más barato

a la galaxia más lejana.

 

Aquí,  sí aquí

El tiempo;

Tic toc cáncer que nos devora a todos /  los minutos /manecillas con 30 000 dientes de mandíbula tiburón se disfrazan de melancolía.

De nostalgia / de 1 lágrima que nos familiariza con la ponderosa mar

&  sus pupilas de agua salá

Espuma diurna Arrullo de noche.

Debut & despedida.

Del imán del alba / sus moribundos soles.

Ahogados a las 7:00 de la tarde entre el mareo mezcalino de sus aguas

Profundas, de sus

Ideas

Ideas vueltas:

Intercambios genéticos en forma de saliva.

& Que besos más dulces.

Que suce más duce

Que sice más dice

Como te quise, te hice

& aún así me faltan los sueros pa´ no secarme en la arena.

 

No me malentiendas / yo sé, que como Héctor dijo: todo tiene sus final

                                                               Nada Dura para siempre

& aunque sí,

Sí. aquí,

permanentemente  estamos palpando con las yemas de nuestros  dedos

esa tabla con la que seremos ejecutados por 1 verdugo aborrecible llamado Hora;

aunque nos quedemos aquí, sí

con los ojos vendados

& con el miedo punzocortante  de NO querer decir adiós,

cada vez nos despedimos mejor / & que orgullo

(aunque parezca mentira)

cada vez nos despedimos mejor.

Porque, digan lo digan,

1 sabe de antemano que,

lo que NO es fácil SINO violento:

no podría ser feliz.

Porque hoy en día, se sigue padeciendo en cada bocanada de aire que damos,

la total satisfacción de poder mirar nuestras auras/ substancia/ esencia:

¡El maldito resplandor de nuestra existencia!

Que nos ha de alumbrar el sendero de la discordia.

 

Es ahí, cuando, reconocemos el espejo

&  Tú &  esa estimulación respiratoria

que llamamos fronterizamente vida, nos embarga de reposo.

& entonces todo sucede al mismo tiempo: como un K.O de Mohamed Alí.

& Caemos de espaldas / rendidos en el mismo Ring donde otras 4 peleas de otras 101 parejas han sangrado los puños al igual que nosotros.

Lanzadas como carabelas hacia las mareas de la indiferencia

Empujados por su rigor & su viento

Todo al mismo siento:

Siento lo que tú sientes.

& sino lo siento

No como ellos

Yo sí

Sí que

Lo intento.

comprender o morir.

 

Porque aquí hay algo & no más bien nada.

Porque Dios no juega a los dados con los planetas / juega a las escondidillas

Se calla a ratos porque contamos los números con los ojos cerrados

para encontrarlo hasta el infinito.

 

Dime tú:

 

¿Qué se siente seguir vivo?

¿Escuchar estos versos?

¿Leerlos sin entender 1 pito de lo que dicen?

 

De lo que no se puede hablar es mejor callar dijeron

& Wittgenstein se agarra de los pelos & se tienta con la nariz de 1 cuchillo las muñecas

Gritando desesperadamente:

 

¿Qué vale más?

1 paráfrasis pulcra / casi indefiniblemente perfecta.

O 1 Silencio promulgado desde el fondo del pecho de Dios.

 

El sueño pascaliano de 1 sin fin de vidas

O el inevitable cierre de parpados definitivo que dará mi abuela en su penúltimo suspiro.

Te digo carajo que,

apenas nos borramos del ayer &  se nos tacha el hoy con nuevas ideas

& los recuerdos / esos sueños amarillentos que tuvimos

se van destiñendo con esa falsa profundidad de un retrato de Van Eyck /

Fotografías enmarcadas en 2nda dimensión que engañan los sentidos.

 

Aquí no hay túneles / solo paredes

¡y que dolor más pulcro!

Porque sabemos que

Somos hombres /  actores de actos infinitos.

& sus escenarios se pintan con  estrellas /  NO asteriscos.

& sus comas, son cometas fugaces / NO diagonales divisorias

& sus puntos son hoyos negros llenos de aporías / NO solamente ceros a la izquierda.

& en estos versos los nudos: esas Y griegas pseudoperfectas

atan las palabras de tal forma que estos versos

son moños perfectos preparados para regalar:

Significados/ significancia.

 

 

Al poeta no más libros / pura vida.

Susurros de historias al oído

Como Homero /autor ficticio & memoria de todo un pueblo.

Como la Odisea & sus versos en cada constelación.

Como la idea de Shelley/ de todos los poemas del mundo

Formando 1 único poema infinito.

Así podemos

Así aceptamos que,

 

Apenas nos borramos del ayer &  se nos tacha el hoy con nuevas ideas

& Todo esto se transforma en 1 abrir & cerrar de ojos

En un 1 paisaje adornado con el cielo repleto de nubes aborregadas pintadas por Mantegna

& es ahí,

cuando los límites del lenguaje

los confines del pensamiento,

de toda posibilidad lógica

se ponen a prueba.

Justo cuando la sinergía de la emergencia se da lugar

& el todo es más que las suma de sus partes

 

A E I  O U & luego todo el abecedario de atrás para adelante.

 

¿Qué se siente tener dos alas?

¿Qué se siente estar hecho a mano?

 

Todo cristalino & naranja.

1 sueño en el que tu rostro se traza.

 

TÚ eres mí

Síndrome de Stendhal cuando me desmayo.

TÚ eres mí

Respuesta de Dios a Job en la desgracia.

TÚ eres mí

Sana sana colita de rana.

TÚ eres mí

Único pájaro alado en esta ciudad semi derrumbada.

TÚ eres mí

Beatriz Viterbo con todas sus imágenes.

TÚ eres mí

Efecto doppler & su disminución de sonido progresivo.

 

TÚ no eres yo

TÚ y yo somos el OTRO.

& el OTRO no es un cuadro en la página

Sino

La cuadrícula entera.

TÚ & YO solo habremos  sido recuerdos

Nunca realidad.

Apenas nos borramos del ayer &  se nos tacha el hoy con nuevas ideas

Toda novedad requiere un olvido,

Este cerrillo recién prendido en la habitación obscura

Es mi corazón

Mi esperanza presente

Hasta que se marchite,

Se desfigure en hilo.

Telaraña de versos,

Nueva carne, nuevos verbos

 

Nuevo & mismo rostro

Narrado por este poema perfecto, tejido por 1 nuevo sueño

1 nuevo pensamiento.

La oportunidad presente, cada segundo

De comenzar de nuevo

Sin laberintos, sin obstáculos

& no te encuentro

 

¡Maldita / bendita sea!

No te encuentro.

 

 

Extracto: Somos Jirafas. / Rue de Assas. Habitación N. 6.

Extracto de la novela: Somos Jirafas.

Escrito por: Rasé.

Fotografía: Richard Learoyd

Rue de Assas. Habitación N. 6.

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Busco en el buró mí reloj de mano que siempre coloco detrás de la vela púrpura que  Velvet prende por las noches. Me doy cuenta que son la seis de la tarde. Desde ayer, hemos hecho el amor unas cuatro o cinco veces entre mañana y noche. En la cama, Velvet recarga su cuerpo contra la pared y se queda mirándome fijamente. Sus dos senos se quedan mirándome también. Yo por lo tanto, me concentro en sus ojos. Me gustaría saber en qué piensa Velvet después de hacer el amor. Su cara no siempre es de felicidad, pero la mayor parte del tiempo se nota tranquila. Me intriga saber si está satisfecha con esto que estamos viviendo. Se lo preguntaría pero mi hombría no me lo permite. ¿Hombría? Es para reírse. Ahora siento que algo se mueve dentro de mí. En la boca del estómago siento un vacío abismal. Comienzo a pensar que se trata de amor más que de hambre. No estoy seguro. No hemos comido desde ayer por la noche. Miro el reloj otra vez. Siguen siendo las seis de la tarde con un minuto. Había quedado de ver a Marlene y a Carla en la estación de Concorde a esta misma hora. Velvet sabía esto porque se lo dije hoy mismo por la mañana antes de que empezáramos a revolcarnos en la cama, pero a ella no le importa. Realmente pocas cosas le importan a Velvet, pero ella se mantiene discreta con esto. Eso me gusta de ella. Velvet es libre. Es directa. Es independiente. No depende de nadie. Velvet puede concretar una cita con el presidente a las seis de la tarde y también puede no llegar y quedarse recostada en la cama, desnuda mirándome fijamente fumándose su cigarro. ¿La amo? No sé. Tal vez a este punto de mi vida es evidente que la amo. Se lo digo- I love you.- Y ella lo escucha, pero lo más importante es que ya lo sabe. Lo siente. Lo huele. Lo ve. – You love me.- cubriéndose con su bata japonesa- I know that you love me. The real problem is that you are not in love with me.- Pero ¿Porque Velvet me diría algo así? ¿Por qué se empeñaría en decirme que la amo, pero no estoy enamorado de ella? ¿Entonces de quién? ¿De qué?  ¿Por qué? Me duele el estómago otra vez. Quizás si es el hambre. Le vuelvo a decir que la amo. Y ella solo mueve su cabeza lentamente en negativa. Me dice que yo estoy enamorado de Carla. –Thats not true.- Le reprocho. Le reclamo con cierta molestia. Le argumento que si estuviera enamorado de Carla, en este preciso momento estaría en Concorde y no en la habitación con ella. Ella me dice que no le importa. Que no necesito convencerla. Me dice que ella sabe que yo la amo y que con eso es suficiente. No entiendo a qué quiere llegar con todo esto. El dolor de estómago no para. Quizá sea el apéndice, pero lo dudo. Me acerco. Tomo con mis frías manos el rostro de Velvet y le vuelvo susurrar con fuerza y determinación que la amo. Ella se acerca y me besa. La beso. Intento impregnar sus labios de mi verdad, pero en momentos como este, parece que no es suficiente el amor que yo le doy. Es triste. Me siento mal conmigo mismo. La amo desde alma hasta mí y ella dice saberlo, pero en realidad es tan poco lo que conoce de este amor. En tan poco lo que ve que quizá nunca podrá saber cuántos campos verdes han florecido gracias a ella dentro de mí.- If you want to leave, its ok for me.- Me propone que me vaya si eso es lo que quiero. Pero tierna, dulce, comprensiva Velvet, porque huiría de aquí si nadie afuera me ama de la manera en la que tú lo haces. Y entonces la vuelvo a besar. -No voy a ir de aquí- se lo dejo en claro. Ella se vuelve a recostar. Parece no escucharme. Vuelvo a mirar el reloj. Esta vez son las seis con veinte. No puede creer que hayan pasado veinte minutos desde que miré el reloj por última vez. Se escuchan niños corriendo en el pasillo. Son los hijos de la ucraniana que nos cobra la renta de la habitación. –¡Mierda!- maldigo al aire. – Necesito pagarle lo de este mes a la vieja.- Velvet se echa a reír. Me dice que hay problemas más importantes resolver, en lugar de estar hablando de amor y enamorados. Ahora su comentario me hace reír. Le digo que es graciosa, que amo su sentido del humor y que quizá, algún día, si bien le va, pueda llegar tener más gracia que yo. Ella finge molestarse y me reclama que es lo suficientemente graciosa y que no tiene nada que demostrar. Mi estómago no se limita al dolor y comienza a rugir. Es una hecho, no se trataba de amor, es hambre. Me levanto de la cama y me colocó una chaqueta de piel de bisonte que mi padre me heredó. Velvet se ríe. Me dice que desnudo y con la chamarra soy idéntico al personaje de Django en la película de Tarantino. Le digo que soy parecido en el color pero no en la musculatura. Ella ríe. Amo su risa. Me dice ahora que tengo gracia. Yo sé que tengo gracia, así que ni siquiera sigo con la discusión. –¿Wheres the soup?- Le pregunto hurgando en el refrigerador buscando algo de comer. Velvet me señala en la parte baja donde se encuentra la sopa. Es la misma sopa de siempre. Una crema de calabaza que siempre le queda deliciosa. Me pide que le prepare también un plato a ella. -Está bien.- Le digo– Pero coloca la canción de Artic Monkeys que me gusta.- La caja de la crema está un poco deteriorada. Busco en la parte baja, la fecha de caducidad. No la encuentro. Decido confiar ciegamente en el destino finito de los lácteos. Velvet coloca mi canción y comienza leerme algo sobre un artículo sobre una exposición de fotografía que se va a exhibir en Grand Palais a un costado del Pont Alexander. – ¿Diez minutos?- le pregunto para colocar la sopa en el microondas. Ella asiente con la cabeza y sigue leyendo. Me gusta la forma en la que lee haciendo énfasis en la conversaciones de la personas. Me gusta cuando echa su cabello de lado y se enoja con la persona que escribe la crítica en el blog. Me gusta que tenga que bajar tres niveles al volumen de la música para concentrase cuando lee. Y que tenga que hacerlo de forma lenta para que yo pueda entender todo lo que dice en inglés. Me pongo a pensar como pude haber llegado hasta este punto con ella. Dentro de mi cabeza y al ritmo del microondas, mando directo al carajo a Edipo, a su madre y a la psicoanalista hija de puta que me dijo que no podía amar y hacer el amor al mismo tiempo. Velvet sigue leyendo y comienza a reclamarme cómo puedo estar de acuerdo con que Warhol haya tomado ventaja de Basquiat en la última etapa de su vida. Aunque no se en que momento saltamos de una tema a otro. Le recuerdo que ellos eran amigos y que esas son cosas en las que nadie puede tener control. Ella solo manotea y me dice que estoy loco. Le pongo un ejemplo con la amistad entre Lucio y yo. Ella se niega a meter a Lucio en la conversación. El microondas suena, la sopa esta lista. Le reclamo serenamente que porque defiende a Lucio con tanta vehemencia. Ella argumenta que no lo defiende, dice que simplemente son cosas diferentes que nada tienen que ver. Le digo que lo mismo pasa con ella.  –Que pasa conmigo.- me dice cerrando la computadora. –Le digo que ella me ama, pero no está enamorada de mí tampoco.- Se voltea y me dice que estoy loco. Le digo molesto, que las mismas acusaciones que ella hace de Carla, son las mismas que yo le puedo hacer con Lucio. Ella me dice que son cosas diferentes, que me he vuelto completamente loco. La sopa huele bien, pero no tengo cuchara. ¿Dónde hay una cuchara? Ella se vuelve contra mí y me comienza a gritarme que todo lo que estoy diciendo es porque quiero justificar mi amor por Carla. Me pongo a pensar como Carla en este momento debe estar caminando por Saint Honoré con Marlene ignorando por completo que en un cuarto de la Rue de Assas hay dos personas discutiendo sobre su existencia. Luego regreso a la conversación. Y Velvet parece molesta. Le digo que no tiene sentido discutir sobre algo que no es real y le pido que porfavor  me señale donde están la cucharas antes de que se enfríe la sopa. Ella se levanta de la cama y se acerca hacia el refrigerador, cubriéndose el cuerpo con la bata japonesa. Toma la cuchara y me pide que me vaya de la habitación si dudo una sola cosa de lo que ella me dice. Le pido que me dé la cuchara y que por favor acabemos con esto. Ella insiste. Permanecemos en silencio total, mirándonos fijamente. Ella reclinada frente al refrigerador y yo frente al microondas con la sopa hirviente en la mano. En el pasillo del edificio se vuelven a escuchar pasos de los niños corriendo. La sopa huele bien pero decido dejarla encima de la mesa y me abalanzo sobre Velvet para besarla.-I love you.- le digo en el oído y comienzo a besar la parte baja de su cuello. Ella deja caer lentamente su bata japonesa y la cuchara al suelo. Se trató de hambre.

Si tu cuerpo fuera 1 casa, me gustaría entender que analogía podríamos fabricar a partir del patio donde colocaste tantas macetas.

Si tu cuerpo fuera 1 casa,

me gustaría  entender que analogía podríamos fabricar a partir del patio donde colocaste tantas macetas.

Escrito:Rasé.

Pintura: Franz Kline

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Suena en los cielos

 

Tal & como

debería sonar al momento que alguien cava 1 túnel.

 

Tal & como

se siembra detrás de tus ojos 1 árbol.

 

Suenan los hielos / helarse / nevarse a sí mismos

 

& en  gran porcentaje salen las flores de tu jardín

 

                   & los tesoros nos guardan muchas cosas que pensar.

 (¿Es mejor bailar?)

 

& con 1 buen manejo del soul  trompo caderas

& 1 ricacha bien ajustado al cinturón,

 debería bastarnos, para aprender a bailar como los negros

 en la pista central de esta ciudad.

                                                                                                 Ese suelo donde los mosaicos alumbran nuestros zapatos al compás discotequero de tus latidos:

 

Que nos conmueven

                        & me esperanzan

                                     en este invernadero de posibilidades.

 

En este caldo de inmensidades:

 

Ni sol, ni luna. Más bien Sombras.

 

 

 

Sombras de 2 torres tocándose la parte alta de la pelvis

con  los labios silbando 1 canto suave al oído, o quizá

                                                           Conjurándose el aliento de su luz,

 

                                                 

Espectadores a la espera de la próxima escena: 1 Pareja.

                                      1 beso mentolado.

                                                                           4 ojos mirándose fijamente

       

 & Entonces las venas se tensan & las neuronas NO comienzan

 

Sino continúan

 

NO continúan                                  

   Sino resucitan,

 

Inteligiendo ideas a casi 10 000 millones de años luz

En solo 1 pestañeo.

                & las batallas contra reloj marcan la pauta de nuestros actos.

 

Pero no nos importa & seguimos caminando,

 

1 pie detrás de  otro,

1 mejilla saboreando con ternura 1 nariz que le traza delicados círculos.

O triángulos

O rombos quizá…

                            

                                                          & usted señora, se asusta / se queda inmóvil

Con las manos atesoradas detrás de las cárceles

                                                                              de los prejuicios.

& eso no es ritmo sino

 

Soledades solamente solapando miedos.

 

Espera. / Atiende.

Atiende en silencio

 (¿Es mejor bailar?)  Sí debe serlo, pero todos sabemos que…

                                                    El Señor Don Nadie se empeña en colocarnos 1 apodo para que la  multitud enrarecida se ría descaradamente, mientras  sofoca las penas que t traen escondidas debajo de sus faldas.

 

(¿Es mejor bailar?) 

 

Seguramente sí, pero…

 

Espera. / Atiende.

Atiende en silencio

Escucha: Es Q Cha ME

Recuéstate aquí / en mi pecho

& traza la hendidura para que se suspire ella misma la melodía de su apacible piano.

O para que se reparta de 1 buena vez

                                               la baraja ciega de su futuro sombrío.

& que lío,

 

En que nudo más gordiano nos hemos enrollado, mi musa calabaza.

 

& que terrible lío,

 

                        es perderte sin haber perdido o ganar el recuerdo, sin haber vivido.

 

O haber vivido & que se haya ido.

 

O tener el sabor de tu patio, todavía,

 

& soñarlo a solas,

 

como un atardecer con su cálido resplandor,

 

apenas el resplandor / eco remoto de lo que fue su existencia.