Carmen.

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A mi madre,
A Sofía
& a mi Abuela.

Rasé.
Fotografía: Cala.

¿Qué gatos maullaron tu silencio?
¿Qué recuerdos tejieron tu suéter?

Ahora sí,
Ya nunca mires al cielo
con ojos de rabia
con boca de viento
sola en la noche, aullando la gracia
de las flores burlonas
atadas al vicio, al cairel de la luna.

Ya nunca mires, al sueño desnudo
De tus muslos libélula
invocando rezos, conjurando luces
sollozando voces en los puntos ciegos
de ésta recámara de luces molestas.

No ya no corazón,
no mires con tus pies descalzos
la madrugada apestosa que dejó
el sexo biológico
de dos amantes elegantes
vestidos a puro rasguño
cosidos al alba aguda
del vientre entumido
Y la garganta afónica
detrás los cristales del
ruido en el suplicio del poema
escombrado en el sismo
mismo
de mi esquizofrenia oculta
de mi tierra húmeda.

Ya nunca mires al cielo
Sino es directo al claro de luna, esfera
O a la fiebre de las rocas
O al bullicio inaudito
que dejaron los viejos, (mis viejos)
que se arrastraron por las azoteas de esta migraña nocturna
para recordarnos que no somos permanencia
sino permeabilidad, mucha agua
esponjas en espera a la conciliación
del irreversible silencio.

No corazón, ya no mires de reojo
hacia la casa de los abuelos
donde reinan los hombres con alas
y los Ángeles atropellados
con olas de mar
y en la brisa uno puede ver a los mirlos
capiblancos y las ballenas y los tiburones y también
a las aves de carroña
Que deletrean tu nombre
Sondeando la impaciencia de una madurez extraviada
que ruge sin boca y muerde sin muelas
el desvelo indiferente
que besa sosegado
ese girasol que te tatuaste en las venas
Antes de salir a desayunar.

No corazón.
Ya no mires
El hueco el imaginario
La llaga acostumbrada
La zanja que enumera / la caída de tus huesos
Ni la asfixia de tus papilas, que conforman tu lengua
(Que dijo Fausto no es metáfora sino lumbre)
En la selva de mi cuarto
En la celda de mi espalda
En la caja petri desde la que nos mira «Dios».

No, ya no corazón
Ya no chupes las sales que nuestros pasos dejaron
En esta playa de arena remota
En el domicilio de una galaxia olvidada

Para ahora sí,
Cortar el listón de nuestros miedos
Y hacer del cometa filoso
Que volamos entre sueños:
Un empalagado halcón
Que rebane / agua dulce
El telar de mis suspiros
La agonía de tus parpados
El cielo moreno de esta:
larga,
noche,
negra
En cuenta regresiva
a punto de estallar,
al son de este a delicado mareo.