que acaban de celebrar el pasado 15 de septiembre).
Ojalá, carajo
el silencio invadiera también las casillas electorales
los zócalos en las fiestas patrias, los festivales privados
organizados por cerveceras
que promueven la enajenación de los individuos,
(tachosos, ¿me escuchan?)
los putos noticieros y las redes sociales.
(Por mero respeto a nosotros mismos).
No hay que caminar, solamente
a lado de los derrumbes
para levantar el puño y querer cerrar las bocas
de los imbéciles hipócritas
esos de los posts reflexivos
de las selfies y los tweets
esos que compran víveres
los lunes,
los martes,
los miércoles
y los jueves
pero, que sin embargo
reposan su “activismo social”
al igual que los burócratas
los fines de semana y los días feriados.
Por decir algo
Cada día, sólo en México, mueren siete mujeres a manos de hombres.
Entre 2007 y 2012 se perpetraron mil 909 feminicidios.
Por decir algo
A 10 años la guerra con el narcotráfico en México ha dejado
100 mil muertos y 30 mil desaparecidos
Por decir algo
Según las cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en el 2012, 11.5 millones de personas vivían en extrema pobreza en México, es decir, 9.8% de la población total.
La primera vez que la vi, fue un viernes a la 7:00 am….
Tenía el cabello pintado de rojo y un abrigo hípster de patrones que más tarde, me enteraría había comprado fuera del país, específicamente en Lyon. Es muy posible que me equivoque en la forma en que venía vestida, pero, de cualquier manera, así la recuerdo y eso es lo que importa. La primera intervención que tuve en su vida (la intervención más clara y que ambos convenimos en recordar) fue cuando le pregunté por una prima inexistente con el mismo apellido, con el pretexto de poder tender un puente entre nosotros , un vínculo, cualquiera que éste fuera. De ahí en adelante, el hielo roto por esa estúpida pregunta, sería la puerta de entrada para poder forjar un lazo, que comenzaría primero como una amistad y después como un amor (muy rojo)..
Hay historias que son así, simples.
Pero también, precisas y atinadas.
SILVERIO es muchas cosas, pero sobre todo es un chiste local nacido de un coqueteo.
-“El baile con el perro”- Una provocación a las buenas formas, una tanga roja de aborigen primitivo y su grotesca forma de «ser» dentro del mundo. Un DJ gritando: ¡Que pedo pinches perros! – y todo mientras se saca los huevos e insulta a su público.
Un chiste volcado a ti mismo que pagarás por ver. Porque el humor, hace reír y en la risa, es más fácil abrir la boca y con ello, introducir una cucharada de amarga realidad.
Escribe Sofía Cala (Sofía Cándano) en la contraportada del libro: “Silverio es un poemario de amor y luto”
El recorrido a través del fantasma de la perdida, el infierno de la ausencia definitiva, el reconocimiento de la muerte con su presencia totalitaria (hablo de la desaparición de mis dos abuelos en menos de dos semanas.), la postura fascista de ésta, la muerte, en contraposición con el tiempo. El luto, el silencio, la falta de diálogo; la posterior y aparente aceptación de la muerte y la paz que solemos tener al final, cuando ya no nos queda de otra.
Pero no sólo eso.
SILVERIO también es el concilio de un amor en pleno florecimiento o como diría Efraín Huerta: “un amor que tuvo su origen / y en un principio no era sino un poco de miedo / y una ternura que no quería nacer y hacerse fruto.” Es la complejidad del compañerismo y la confianza, el sacrificio y el ritual de sanación que contienen las palabras. Palabras que muchas veces conjuramos en la ligereza de un “te amo”, sin saber la potencia que su dosis representa.
Es el reconocimiento del Yo en el Otro. La belleza de la co-dependecia y de ser en buena parte, carne y alma de la persona que amas.
SILVERIO fue concebido en la selva, lugar dónde todos nosotros (ratones de ciudad), nos tornamos más vulnerables por nuestra sensible domesticación. Es la salida de la zona de confort, para adentrarse a los peligros de las plantas venenosas, los mosquitos y uno que otro jaguar. Es pisar el lodo por primera vez. Es palpar el trópico, su humedad. Fuera de repelentes y guantes. Sentir.
SILVERIO es el Dj mexicano, motivo del chiste local mencionado al principio. Con su tanga roja y sus testículos de fuera y el sudor asqueroso que emana, mientas provoca a su audiencia. Audiencia que se deleita al ser insultada como si el slam del concierto, fuera su porpia catarsis.
SILVERIO es su nombre, el apelativo de lo silvestre, el hombre salvaje, el de la selva. El reto de lo no civilizado. El Caliban y el caníbal de nuestra inmanencia.
Es la poesía chafa, superficial, el «rap» tan criticado por la “literatura” y el linchamiento de los poetas del colectivo Bala Fría. Es no tomarse tan en serio, lo serio.
Pero tampoco se trata de perder responsabilidad. Es compromiso, constancia. Es un sueño que nació en un Sanborns de la Narvarte, leyendo“Ahauob” entre desconocidos que más tarde se convertirían en amigos. Es la caída de los ídolos y el surgimiento de nuevos.
SILVERIO son casi 70 hojas de canciones y una oración, acompañadas de los trazos de Santiago Moyao.
Es, sin duda, el experimento del autor y el ilustrador: el intento por buscar mediar un diálogo poético entre dos disciplinas a partir de la percepción personal del poema.
Es el resultado de esta apuesta y de muchas más.
Es también y sobre todo, el nombre de Sofía Cándano, mi novia, mi compañera incondicional, mi amiga, mi Negra, personaje principal de la obra y persona con quien comparto aquel chiste local del principio, hasta hoy en día.
Son las noches, las piernas cansadas en lecturas de poesía malas y peores, el ruido rasposo de la bocina, el molesto olor a cigarro que la enferma de vez en cuando y las ganas de seguir tupiendole siempre en contra de todo pronóstico.
Por que lo nuestro es un ritual, en el que cada poema es una invocación.
SILVERIO es el inicio.
Apenas el esbozo de lo que será la poemusik en los próximos años.
Es despegue y origen.
Punto de encuentro en cualquier terremoto.
Y detrás de esos calzones rojos de la portada, están todos: Amigos, familiares, poetas, locos, la influencia de ellos en mi vida y la mía, en la de ellos.
Y detrás de las palabras está el agradecimiento, de existir, de poder respirar con el estómago lleno de azul («y los globos multicolor en la cabeza»).
Porque es cierto, que la gratitud es la memoria del corazón y la gratitud no se dice, se canta.
DOS.
SILVERIO: (SIETE CANCIONES Y UNA ORACIÓN)
YA ESTÁ DISPONIBLE EN LOS SIGUIENTES PUNTOS
*La Roma Records Álvaro Obregón 200 Bis1, Col. Roma, Cuauhtemoc.
Como líneas de fuga: el moco de la gripa que cargas, es, a mí parecer, devenir e intensidad. {idea sin respuesta} Con todo respeto, mai.
Con los rostros bien máscaras africanas, toca mirar al sol esta noche ¿como ves?
Sale Rafa.
Entra Angélica, con un megáfono.
Dice / grita: Ey, my love, toca mirar al sol y hacerle frente a los binarios que estructuran el orden social [de nuestras casitas del árbol]: IMAGINARIAS.
[risas del público]
Puntualmente.
Sin comas, ni espacios.
Reafirma, Angélica.
[aplausos, del público]
Ey, my love, ¿comprendes? hemos crecido con dolor en las rodillas y la hemoglobina en niveles capaces de intimidar al amor. Pero aún nos decimos [Te amo] a pesar del peso de los insultos. Y los bultos que traíamos cargando cuando nos subimos a la moto por vez primera [Sic.] & NO HAY INDULTOS [no] para los pecados cometidos [P2] Las deudas se pagan + caro con la terminal de la conciencia [aunque no hay decencia acumulada que no sane la inclemencia del] [deseo]=Puro contagio. Como la malaria y las líneas de fuga que escapan [culeras] de nuestro control. Así el amor y las ciencias ((y las otras reglas, las otras reglas)){Cantas}. Al final [digo] todo se reduce a [eso] [¿o no?]= durante años habitamos hoteles que eran el estómago de un animal sagrado y hoy no toca salir por la puerta trasera.
Fin de escena.
[Voz en OFF]
Sin aplausos, ni laureles.
[Entra luz de Leekos]
A(Diós)
Una mano se ondea como las banderas con la brisa del mar.
Como sucede comúnmente con los discos, i phones películas de cine, conciertos, series de televisión, (¿libros todavía?), tenis, apps, o cualquier material vigente pensado como un producto ideal para el consumo masivo, sabemos que el aura previa alrededor del lanzamiento al mercado (del producto en juego) suele estar rodeado por la frenética expectativa mundial y el morbo mitológico fabricado por el imaginario de ese público ansioso y sus inevitables ganas de tener al “bebé” tan anunciado en todos los medios, al alcance de sus manos
Este hecho, aunado a las tremendas campañas publicitarias que no sólo sirven de prótesis para el producto, sino que muchas veces lo inflan intolerablemente hasta el punto de crear expectativas mucho más altas de las virtudes reales que terminará por ofrecernos, llevan al consumidor a sentirse defraudado por la excesiva dosis de trailers, previews y teasers devorados con casi un año medio de anticipación en redes sociales y todos tipo de propaganda.
Uno ejemplo perfecto de esto, es el reciente anuncio de la película Tranispotting 2 (promocionada un año antes de su arribo a la salas de cine) o el fracaso que significaron para los fans, películas como Suicide Squad (o el mismo personaje del Joker) en la que el propio Jared Leto terminó por deslindarse de la deplorable entrega justificando: que Warner lo había truqueado con el planteamiento inicial que le habían propuesto y que pensaba que sería un proyecto mucho más artístico, entre otras cosas…
En todo caso, el tema aquí, no es el de discutir si la expectativa inflada o no, es una herramienta imprescindible del mercado o si bien puede valer la pena o no. Sino señalar el caso pelicular y positivo de dos artistas que utilizaron este medio para fines más allá de la industria de la grandes empresas, sino para sus propios fines estético-artísticos; Estoy hablando del nuevo album -Blond- de Frank Ocean y el -22, A million- de Bon Iver ambos pilares de una generación que comienza a marcar un parteaguas en la forma de relacionarnos con el producto musical.
Tanto Frank Ocean, como Bon Iver, ausentes de material nuevo desde el 2012 han encontrado una vertiente abierta en la industria musical, trazada por maestros del marketing y la influencia mediática como Kanye West; Con ello, no sólo se han deslindado de la grandes disqueras, sino que han creado su propia “industria” a partir del internet, el “mito” y un trabajo sólido y profundo (que no por ello olvida sus influencias pop).
Y aunque Warhol ya predecía estos cambios desde los 60´s y buscaba que ampliar un mercado de consumo para el Pop Art (pensemos en aquel disco de Velvet Underground & Nico con el plátano de Warhol que ahora podemos encontrar en playeras, estuches escolares, gorras o pins hipters) es hasta ahora, que las posibilidades de la tecnología nos permiten involucrarnos en más de una forma con el arte-producto que recibimos como consumidores.
Frank Ocean lo sabe bien y se ha lanzado al ring con su disquera – editorial- productora: Boy´s Dont Cry para ofrecernos no sólo su nuevo álbum (Blond, 2016) en máquinas expendedoras, sino un combo total (¿algo de todo esto les recuerda Mc Donalds?) integrado por un Fanzine de colección (tamaño de libro decorativo) con poemas (uno de ellos escrito por Kanye West), textos y fotografías en un empaquetado plateado que nos hace pensar en que todo el “arte” creado por Frank Ocean, al igual que cualquier producto comerciable (papas, chicles, zapatos, autos..) es posible vender.
Lo innovador aquí, no es que Frank Ocean “venda” su música como un producto (Bieber, Selena Gomez, Calvin Harris y demás artistas pop lo hacen también…), sino que Ocean haya roto relaciones con la disquera Def Jam Records y tal cual, artesanal e industrialmente vaya creando un producto freelance que no sólo involucre música, sino que abarque otros campos, como el de la fotografía o en este caso, la literatura y el ámbito editorial.
En ese sentido, Frank Ocean imitando a Kanye West o Radiohead, busca ampliar su “arte” a otros rubros de manera independiente. Su multidisciplinariedad lo coloca como una verdadera artista que no resiste al capitalismo sino que lo convierte en su aliado.
No olvidemos que esto solamente se reduce al producto “físico” en venta. Y cuando digo “físico” me refiero a los CD´s específicamente; Excepto por los viniles y los cassetes que se han vuelto elementos de culto y colección, el mercado del producto físico en el ámbito musical cada vez va perdiendo más vigencia y es que hoy en día ya casi nadie compra discos. El internet y las plataformas que se encargan de streaming como Spotify o soundcloud han superado este mercado.
Y es que ya que nadie se quiere casar con los productos; Así como nadie quiere comprar una casa, o un DVD, la gente busca poder vivir la experiencia a través de la renta, una utilidad en base al alquiler que te permite disfrutar de tu producto sin tener que ser propietario o cargar una responsabilidad de compromiso total con lo que se consume.
De esa necesidad parten Frank Ocean y Bon Iver, preocupados por regenerar una expectativa de su trabajo; El “arte” del álbum, la ideología, los símbolos, el “empaquetado” y el “contenido” son producidos cuidadosamente con una calidad que busca re construir a un consumidor que no sólo sea un eso, un consumidor, sino un discípulo arraigado a las creencias de lo que el arista está proponiendo:
El fan entonces, se convierte en discípulo creyente.
Es ahí, donde Kanye West se convierte en un visionario, desde su producción teatral y escénica en conciertos (influenciada por Alejandro Jodorowsky) o su trabajo semi-cinematográfico (podemos encontrar el Dark Twisted Fantasy entrero en Youtube) hasta su propuesta ideológica expuesta por el mismo Kanye y sus influencias en el mundo de la moda, más allá de su música, el rapero nos da muestra del performance consciente y continuo (pensemos en su matrimonio con Kim Kardashian) que debe realizar el artista dentro del voraz Hollywood y su efecto en el espectador.
Pero vayamos paso a paso.
II
Bon Iver antes de lanzar el 22, A Million, creó una campaña en la que (al igual que Depeche Mode con sus llamadas del “Personal Jesus” con el Violator o Arcade Fire con su símbolo del Refelktor) adelantaba con signos y símbolos literalmente, la poética de su nuevo álbum.
Incluso en México en la Casa Picnic se hizo un evento donde se otorgó un preview del álbum días antes del lanzamiento oficial. Esta expectativa venía de la mano con videos en Instagram donde se mostraban hojeadas de un libro que contenía todo el arte del disco, acompañados con lyric videos en youtube de sus respectivos singles y grafittis gigantes en los muros de diferentes ciudades del mundo (Los Angeles, Paris, Londres, Sidney, Mexico…)
Para cuando el álbum había sido liberado: todos los discípulos estaban más que dispuestos a escucharlo y a hacerlo suyo (el mismo efecto surgió con aquel Random Acces Memories de Daft Punk por allá del 2013). Los tickets de los conciertos estaban Sold Out y ahora lo único que faltaba es que no explicaran bien, que es lo que en realidad estábamos consumiendo, ya que lo teníamos, nos gustaba (quizá por una misma inercia mercadológica) y ahora que era nuestro, no sabíamos bien del todo cuales eran sus potenciales contenidos.
El arte de Bon Iver y de Frank Ocean, como la de tantos otros artistas (que ya he mencionado con esas características) nos ha penetrado violentamente a través de su impecable persuasión, pero quizá esta vez, a diferencia de los comerciales infectos de Coca Cola, Sabritas u otras marcas similares que han moldeado nuestro deseo y pensamiento de consumo capitalista, estos artistas se han colado para ofrecernos una nueva perspectiva del arte.
Deleuze & Guattari, por ejemplo, hacen referencia en su libro Rizoma a un estudio donde se explica que “la información genética de un organismo podría ser transferida a otro, a través de los virus.” En ese sentido, la propaganda con la que fuimos bombardeados previamente, la expectativa generada, es ese “virus” que los artistas más influyentes de nuestra época han comprendido se generaba a través de la relación marketing – consumismo y lo han resuelto de la misma manera para su propios fines estéticos.
Si buscamos en Youtube podemos encontrar diferentes versiones del lyric video de la canción “8 (circle)” de Bon Iver. Estos videos no sólo están en su lengua original (el inglés) sino con traducciones al español, japonés y muchas más. Lo cual nos habla de un producto pensado para su consumo global.
También dentro de los videos de Bon Iver (para ser más preciso, en el “8(circle)”, otra vez) se pueden apreciar influencias literarias de la poesía concreta practicada en Brasil en los años 50´s por poetas como Haroldo de Campos que proponían que lo visual y espacial tuvieran el mismo nivel de importancia que la rima y el ritmo en la poesía lírica:
Asimismo, si nos detenemos a observar a detalle se puede hallar la propuesta de Mallarmé para leer su poema “Un juego de dados jamás abolirá el azar” en relación a la letras de la canción, es decir, en los videos, la dinámica invita a una lectura tanto vertical como horizontal de la oraciones conformadas a partir del orden las palabras en constante movimiento. Lo que nos abre la posibilidad de encontrar más de un sentido a los lyrics que se están proyectando.
Sumemos además, que todo el disco está lleno de símbolos, los cuales nos remiten significantes alegóricos renovados, (una técnica medieval para transmitir conocimiento). La alegoría, como sabemos, pretende dar una imagen a lo que no tiene imagen para que pueda ser mejor entendido por la generalidad. Dibujar lo abstracto, hacer símbolo lo que solo es conceptual. Y esto, claro, obedece a una intención didáctica.
Acá un ejemplo de símbolos medievales:
Otro ejemplo de esto,dentro del albúm, es el símbolo “peace & love” trazado a partir de dos amantes haciendo el amor:
Aparte del otro millar que aparecen en la portada del álbum. Y digo –millar- de símbolos porque a eso va el título del nuevo disco de Bon Iver.
En una conferencia de prensa explica Justin Vernon que el “22” no sólo representaba una dualidad, dividida dentro de sí en otra dualidad y así hasta infinitamente:
22= 2+2= II+ II= I+I
Sino que también era su número favorito y por ende el que lo identificaba. De ahí también que uno de los símbolos principales sea la dualidad del Yin y el Yang:
Partiendo desde ese análisis, “22, A Million” se convierte en una alegoría de Justin Vernon (vocalista de Bon Iver) y “el mundo”.
Justin es esa dualidad (“22”) que se encuentra -de lado- al millar (“A Million”) de símbolos que conforman al mundo. La codificación, los números, la cantidad de símbolos, los signos que construyen palabras y dan títulos a las canciones, son una construcción mimética y algorítmica de todo lo que nos rodea:
22 (Over Soon)» is stylized as «22 (OVER S∞∞N)».
10 (Death Breast)» is stylized as «10 d E A T h b R E a s T ⚄ ⚄».
715 (Creeks)» is stylized as «715 – CR∑∑KS».
33 «God»» is stylized as «33 «GOD»».
#29 Strafford Apts» is stylized as «29 #Strafford APTS».
666 (Upsidedowncross)» is stylized as «666 ʇ».
21 (Moon Water)» is stylized as «21 M◊◊N WATER».
8 (Circle)» is stylized as «8 (circle)».
45″ is stylized as «____45_____».
1000000 (Million)» is stylized as «00000 Million».
Ese “A Million” alegórico del título lo integran los pobladores del planeta tierra, su numeración dentro de la estructura social, el esqueleto las ciencias cuánticas, la fórmulas químicas, los conceptos numéricos de la biología o incluso la data web, ese espacio virtual que nosotros hemos creado de tal manera que hoy funge como espejo de lo que llamamos el mundo real.
Visualmente, algunas tomas de los videos como 29 #Strafford APTS» o “____45_____»; nos remiten al “post internet” art que busca una manera de explorar los efectos de internet offline a través del arte e incorporar el lenguaje propio de internet dentro de un discurso pictórico y a las técnicas que el realizador francés Jean Luc Godard emplea en su última película “Adieu au langage” (Adios al lenguaje, 2014) en las que utiliza una amplia gama de imágenes y efectos que exploran el Low-Fi en oposición del Hi-Fi que obsesiona a tantos directores y espectadores contemporáneos.
Siempre jugueteando entre lo visual y lo sonoro, notamos ese mismo gusto estético por el Low Fi audio, usado frecuentemente por la corriente de hípster retro folk que tuvo su auge hace no mucho tiempo con discos como el “For Emma For Ever Go” (otro disco de Bon Iver) y artistas como Tallest Man on Earth o Devendra Banhart. La calidad del audio conscientemente baja, quiebra por momentos las palabras que Justin Vernon canta (ejemplo: sub-find / fuckified / astuary) y las transforma en neologismos poéticos concebidos por el apareamiento de dos palabras aparentemente disímiles que renuevan el lenguaje, motivo por el cual, poetas como Rimbaud (autor de la “Alquimia del Verbo” siglo XIX) estarían dándole más de una palmada de aprobación en la espalda a Vernon.
E.E Cummings es otro que se une al cuadro literario. Cummings es mejor conocido por sus poemas que rompen con toda estructura, incluyendo usos poco ortodoxos de las mayúsculas y la puntuación, en la que los puntos y comas podían incluso llegar a interrumpir oraciones y hasta palabras. Muchos de sus poemas también están escritos sin respeto a los renglones y los párrafos y algunos no parecen tener pies ni cabeza hasta que no son leídos en voz alta.
Al igual que Cummings, Bon Iver se inclina por su gusto a los estilos –vanguardistas- y la tipografía inusual, pero retoma una tradición de la canción americana (¿alguien llamó a Bob Dylan?). De hecho muchas de sus canciones podrían funcionar como sonetos (formato que a su vez Cummings utilizaba para la mayoría de sus poemas) y tanto la poética de Cummings como la de Bon Iver frecuentemente disertan sobre temas del amor y la naturaleza, así como la sátira y la relación del individuo con las masas y el mundo.
¿Coincidencia?
El álbum de Bon Iver parece convertirse en un universo complejo que se interroga las máximas existenciales del ser humano “Philosophize your figure/ What I have and haven’t held” ((8 (circle), Bon Iver) y Re-visita motivos religiosos en canciones como –GOD 33- instigado por la urgencia de un guía espiritual, en la que nos es imposible no crear relación con ese tono góspel influido por la cultura afroamericana que también nos trajo el jazz y el hip hop elementos que forman parte esencial de la receta del –“22, A Million”- disco con tonalidades “foltrókicas” que acude a mecanismos como el sample, elemento característico de la música electrónica y el hip hop, que forman parte fundamental de toda una corriente de músicos como James Blake, Jaime XX, Kanye West, Frank Ocean (volvemos al “Blond”) que sostienen sus composiciones bajo este recurso.
Pithcfork lo explicaba en la reseña del In Colour:
“The sampler is a memory machine. This is true in both the literal sense—memory is one of the device’s key specs, measuring how much sonic information it can hold in its «mind» at once—but also as a metaphor. When you capture and play back a sound, transposing it to a new context, you are «playing» the memories that have attached themselves to the original piece of music as much as you are playing a particular piece of sound.” (Mark Richardson)
Esta máquina de la memoria (el sampler), donde una voz que no es la Vernon (y por supuesto pertenece originalmente otra canción) es repetida como un coro totalmente descontextualizado de su lugar de origen y recobra (como una “cita” o un recuerdo) un significado distinto al de su escénica innata, nos invita a ser partícipes de este collage musical, espacio donde ya los días no tienen número.
O como cantaría Fionn Regan en su canción Abacus, sampleado en el 00000 Million
“Where the days have no numbers…”
y es que, ¿no es ahí, dónde ya desde hace mucho tiempo queremos ir?
Deshacerse y rehacerse así misma(s);
Como el sonido de 1 universo perfecto demolido debajo del pie de 1 gigante.
Es decir, como 1 hormiga escucha mis pisadas cuando voy tarde al trabajo
[hercúleo]:
El agua las rocas las precauciones sonoras el inaudible grito de las nubes la fuerza del devenir en el tiempo el tiempo deviniendo en erosión.
Y los coaties buscando mi lunch.
Y la garganta del Diablo cerrada por la neblina,
irritada,
rocosa,
denso párpado diáfano cayendo
como 1 cortina [cae ahí] sobre el proscenio que es [la vida] cubierto por ese telón blanco frente a nosotros, [ahí ]reventando en el fondo de 1 realidad en espera al 3 acto.
Y hasta entonces la brisa y el olor de los impermeables húmedos y las fotografías de los turistas. [Pero sólo hasta entonces]; cuando quedas hipnotizado por el loop infinito.
Y así, como si nos odiaran, reventando, las vi deshacerse y rehacerse también a las palabras y a las promesas y a las cataratas de Iguazu [otravez], con su inconmensurable fuerza, su inagotable resistencia, esencia innata a la inclemencia pues, y todo ocurría mientras yo me comía unas pringles y tú tomabas fotos esperando no mojar el lente de tú ojo.
Yo soy el que soy, el que dijo se levantaría de los escombros y se nombró así mismo: zarza ardiente ego sum qui sum
y remangó los brazos de la camisa que tú le regalaste para hacer del acto de vivir, una gaviota.
El que dijeron sería hallado después de la tormenta en la espalda de un arbusto
pintado por un burgués impresionista
y desataría más tarde con su canto la rebeldía de los uniformes.
Mira ahí,
La bestia guarecida ante la miseria como siempre, mansa.
Reportándose desde el woki toki: otro asalto a mano armada,
Dos presuntos sospechosos que estorban el panorama de esta playa en la que solo es válido jugar volibol hablando en inglés.
Somos el círculo y luego la reencarnación de nuestros aeroplanos.
Al momento en el que suena un sayonara en Japón que como mariposa que aletea causa efecto del otro lado del planeta resonando en el tambor de funk brasileño bailado por una negra que ha olvidado la silueta que trazó la policía al cuerpo de su hermano muerto en una calle que ahora funge como funeraria y más tarde como campo de fútbol.
Y es que un día despiertas
Y te repites como mantra los aforismos existenciales del poeta portugués:
Não sou nada.
Nunca serei nada.
Não posso querer ser nada.
À parte isso, tenho em mim todos os sonhos do mundo.
Desde la ventana observas
En una esquina a la señora del delantal fumando con los suyos y del otro la del peinado chantillí haciéndo lo propio
y de pronto, una flor y una mañana: nuestra.
Y entonces la organización de los elementos no es una grata coincidencia sino una inevitable resolución a las incógnitas previas.
Mira, que uno despierta un día de imprevisto y encuentra un café y huevos revueltos y la mesa, puesta.
Puesta para ti, que tienes ojos de búho y labios de orquídea.
Para ti, que has aprendido a ubicarte en los mapas sin necesidad de mirar a Occidente y te orientas a través del hambre que causa ese Ramadán tan chinga tu madre cotidiano que es el ayuno de todo un continente.
Y todo por vivir en un país libre, cual solamente puede ser libre.
Pero uno es gigante mientras las cobijas le lleguen a cubrir los pies y los perros le enviden la comida. Porque vivir en el sótano piramidal de las propias circunstancias es un valor con el que se nace, lo demás es ruido y furia, se hace.
Uno es el hombre. Uno es el agua de la sed que tiene,
el silencio que calla nuestra lengua,
el pan, la sal, y la amorosa urgencia
de aire movido en cada célula.
Uno es los códigos y las combinaciones que forman la materia, materia que deviene en vida, vida que se corrompe en instinto y después pensamiento; uno es la inteligencia del único verso cósmico.
Uno es la tierra y el conglomerado de átomos celestes. Formación de un sueño, sinapsis cerebral de una cabeza animal más grande que la nuestra: y ahora, en este espacio vacío donde la única velocidad fiable es la luz: uno es la matroiska infinita. Casa de espejos. Azulejos bicolores, olores marchitos, humedad, soledad, edad innegable antes y después y por lo siglos de los siglos.
Amen.
*
Y habrá quien diga que la palabra amor se escribe con la letra R
De Rubia Rabia, Red Social
Pero tu tranquila, menina siéntete Negra solo por hoy.
que la noche es un vestido africano y Djavan te canta al oído con sus labios hinchados mientras bailamos en encima del acetato que es el tiempo.
porque la metáfora ya no vale a estas alturas, es materia caduca.
Catacresis, crisis de la distensión de significados cifrados.
Cifras:
7 son los pecados cometidos por el hombre, pero 30 son los años que nos quedan de vida en este planeta, lo dicen las estadísticas y playground.
Predicciones:
Y cuando venga la ola, no habrá piedad, ni misericordia para lo que sepan deletrear bien la urgencia.
*
Ayer fue el silencio, luego el fuego y ahora, Yo Fernando, fui concebido por el cielo que es una favela, escoltada por emisarios enviados por un capo desarmado que apodan (los que saben) arrinconada necesidad.
Y los intelectuales intentarán persuadirnos, se empeñaran por entenderlo, como es que comenzó y el porqué de los chicles secos abajo de las mesas o la equidistancia de un Oxxo con otro.
Pero,
Tú habrás escuchado este canto.
Tú, habrás escuchado esta voz.
Esta voz que ya no tiene ni tos, ni voto, ni nombre, y se apellida indignación.
*
Tú, que lo sabes mejor que nadie, porque cargas entre tus piernas todo el sufragio femenino y el comienzo del mundo y uno que otro hijo de color indescifrable.
Tú, que deberías entenderlo mejor que yo, ahora que me registro por mis credenciales
Fecha de nacimiento 1994 cromosoma XY ETC ETC.
Sexo: Masculino.
Alias: Juana La Loca. O Conchita Wurst
Concebido por una mirada que se reduce a los límites de cualquier Marialuisa
*
Por eso te lo digo a ti, que en tus ojos se puede ver el fin y el reinicio de todas las cosas antes ya nombradas.
Te lo digo en ti, en quien soy volcán y la última muerte de mis escépticas verdades, carne cielo, hembra Alfa, luz de las estrellas, lazo de infinito. Hito, repito, quiero decir reinicio. Otra vez, así, comenzamos.
“Vamos”
Decimos los que te vemos en la regadera tallándote la maseta, pétala.
Esperanza de los hombres.
Te escondes en el momento preciso en que una plegaria se vuelve un poema
Un noema, materia futura, escritura, no ruptura sino sutura entre: el verso y la realidad;
(Cargada por un niño en su espalda con un palo y dos lotes de agua intentado balancear)
y vuelan los papalotes
y los fuegos artificiales,
Escucha,
el disparo al aire de las tropas y las bandas criminales
despidiendo a los muertos de nuestra electricidad.
Porque, juro, por esta cruz fabricada con dedos flacos que,